Por: Denisse Flores, Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (UNAM), México| Octubre, 2021

“Un material moldeable, duro al solidificar, resistente al agua y los disolventes, que no conduce la electricidad”, fueron las peculiaridades del primer plástico totalmente sintético, la bakelita.

Su creador, el químico norteamericano de origen belga llamado Leo Hendrik Baekeland, revolucionó la producción industrial al presentar —hace más de un siglo— a la bakelita como un material con propiedades termoestables (una vez que se enfría no puede volver a ablandarse) y con capacidad para mecanizarse.

Tiempo después, durante la década de los treinta, apareció el policloruro de vinilo, mejor conocido como PVC, un material que comenzó a fabricarse en grandes cantidades durante la Segunda Guerra Mundial, lo que marcó el inició de la producción masiva de plásticos sintéticos, debido a su versatilidad, fabricación a bajo costo, larga durabilidad y amplia variedad de usos.

Hoy, las características que hicieron popular al plástico sintético en aquel entonces, lo han convertido en uno de los desechos más abundantes generados por el ser humano.  Desechos que, a escala milimétrica o inferiores, han originado un problema emergente: la contaminación por microplásticos. 

Los microplásticos son pequeños desechos plásticos, insolubles en agua, de tamaño menor a 5 mm que, de acuerdo con su procedencia, pueden ser clasificados como primarios o secundarios. Diversas investigaciones han identificado su presencia en hábitats terrestres y acuáticos, y no solo eso, también se ha documentado que representan una fuente potencial de compuestos tóxicos como los biocidas (triclosán) y metales (níquel, cadmio, plomo). 

Estudios realizados recientemente por investigadores de universidades mexicanas han sugerido que la abundancia de microplásticos en áreas costeras está influenciada por los patrones de lluvia y la densidad de población.

Ana Carolina Ruíz Fernández y Jorge F. Ontiveros Cuadras son dos investigadores miembros de la Red de Investigación de Estresores Marinos-Costeros en Latinoamérica y el Caribe (REMARCO), y académicos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, quienes pusieron a prueba estas hipótesis en la ciudad de Mazatlán, México, un destino turístico en la costa norte del Pacífico.

Entre el 2017 y 2018, recolectaron muestras en arena de playa, aguas superficiales marinas y sedimentos suspendidos. Entre sus resultaron informan que detectaron microplásticos en casi todas las muestras analizadas, en diferentes cantidades y con características particulares.

En entrevista, ambos investigadores abundaron en estos hallazgos y sus implicaciones.

¿Por qué se detectó una mayor cantidad de microplásticos en las trampas de sedimento (90 %) que en la arena de la playa (79 %)?

El comportamiento de las partículas de plástico en el ambiente acuático es similar al de partículas sedimentarias (con propiedades físicas equivalentes). Así, las fibras, que generalmente tienen mayor flotabilidad que los fragmentos, se mantendrán más tiempo en la columna de agua, mientras que los fragmentos tienden a depositarse rápido y cerca de su fuente (de la misma forma que las arenas se depositan más rápido y cerca de su fuente que los sedimentos finos).

Una trampa de sedimento recolecta el material flotante y esta es una de las razones por las cuales encontramos una mayor cantidad de microplásticos, en comparación con lo que observamos en las playas. En este sentido, si consideramos que las playas reciben una carga importante de microplásticos transportados por el oleaje, las fibras salen de la suspensión debido a la sedimentación de granos de arena al quedar atrapadas entre la carga de partículas sedimentarias arrastradas por las corrientes.

¿Cómo explicar la gran abundancia de fibras (75 %) entre los microplásticos encontrados? ¿Este resultado nos ayuda a identificar cuál es la principal fuente?

La abundancia de fibras se explica por su mayor capacidad de dispersión en comparación con los fragmentos, pellets o films. Los fragmentos tenderán a depositarse en las zonas cercanas a las fuentes, mientras que las fibras, pueden desplazarse a mayor distancia. Esto hace que, a mayor recorrido de los microplásticos las muestras que se depositan finalmente estén proporcionalmente más enriquecidas por fibras que de otras formas de microplástico.

¿Cómo afectó la precipitación en la contaminación por microplásticos en la región analizada?

La precipitación es un factor efectivo para el arrastre de contaminantes desde el continente hacia la zona costero-marina, a través de la escorrentía superficial. Entonces, todo lo que se haya acumulado en las cercanías de las fuentes, como en tiraderos de basura, es arrastrado por la escorrentía hacia el mar. Se ha estimado que las regiones con grandes ríos, cuyas cuencas tienen una alta densidad poblacional, suministran la mayor cantidad de residuos plásticos al mar.

En las hipótesis del estudio señalan a la densidad de población como un factor determinante en la abundancia de microplásticos en la región analizada. ¿Qué significa que esta hipótesis haya sido refutada y no sea un factor determinante?

Significa que existen otros factores más importantes que la densidad de población. Esta sería un indicador de la cantidad de personas que tiran basura. En consecuencia, si hay más personas, es lógico pensar que habrá más basura y, por tanto, más producción de microplásticos. No obstante, esto funcionaría si la fuente principal de los microplásticos encontrados fuera lo que tira cada persona. Nuestros resultados indican que hay otros factores, por ejemplo, las corrientes marinas, que podrían transportarlos desde otras zonas de origen a nuestros sitios de muestreo.

En el artículo también se advierte que la abundancia de microplásticos en las arenas de las playas fueron bajas en comparación con los valores reportados en otros ecosistemas costeros de México, e inclusive de otros países. ¿Cómo tenemos que interpretar este resultado?

Tenemos problemas de contaminación por plástico, que no debemos ignorar y que es imprescindible tomar medidas, para no llegar a los niveles de contaminación que se alcanzan en otros sitios del mundo. Además, es importante señalar que los muestreos de playa se realizaron durante la época de secas, en diciembre 2018, por tanto, es muy probable que la abundancia de microplásticos en los sitios de muestreo sea mayor durante la temporada de lluvias (julio-octubre).

¿Los microplásticos hallados pueden ser una fuente potencial de compuestos tóxicos?

Sí, definitivamente. No sólo por los componentes originales con que fueron fabricados los plásticos, que se liberan mientras estos se degradan, sino por los contaminantes que se adhieren a las partículas de plástico durante su paso a través del medio acuático, como son los metales, por ejemplo, el mercurio, el plomo, o los compuestos orgánicos hidrofóbicos como los plaguicidas.

Si bien aún hacen faltan estudios, ¿sabemos cuáles son las características de los microplásticos que predominan en algunas zonas de nuestro país (color, forma, etc.)?

Es verdad que existen pocos estudios sobre la abundancia y distribución de los microplásticos en la zona costera mexicana; de hecho, en la información disponible no se observa un consenso en cuanto a los colores de las partículas recolectadas o su composición a nivel de polímero, aunque estos primeros resultados señalan la predominancia de los microplásticos clasificados como fibras, fragmentos y films, también conocidos como láminas. 

Esta investigación es la fase inicial de un proceso de investigación sobre contaminación por microplásticos en Mazatlán. ¿Qué continúa en este proceso de investigación? ¿Hacia dónde se dirigirá?

Nuestro estudio es importante porque evidencia que tenemos una fuente relevante de contaminación en nuestra ciudad y sus alrededores, pero está limitado por los cortos periodos de análisis y hay varios aspectos que mejorar o profundizar. Para comenzar, es importante conocer mejor la variabilidad espacial y temporal de la contaminación por microplásticos, identificar los sitios preferenciales de depósito y cuantificar la variabilidad estacional de su exportación desde el interior del Estero de Urías a la zona marina.

Metodológicamente, tenemos el reto de mejorar nuestras estimaciones de las abundancias y sus incertidumbres, pues se ha demostrado que las técnicas de tinción, con las que estamos comenzando a trabajar, son más exactas. También esperamos mejorar las estimaciones de los flujos de microplásticos no sólo como partículas, sino en unidades de masa, para que estos datos puedan ser utilizados en modelos predictivos de dispersión.

Lee el artículo completo en:

Lorena M. Rios-Mendoza, Jorge Feliciano Ontiveros-Cuadras, Daniela Leon-Vargas, Ana Carolina Ruiz-Fernández, Martín Rangel-García, Libia Hascibe Pérez-Bernal, Joan-Albert Sanchez-Cabeza, “Microplastic contamination and fluxes in a touristic area at the SE Gulf of California”, Marine Pollution Bulletin, Volume 170,2021,112638, ISSN 0025-326X.

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